Templo
I o Templo del Gran Jaguar. |
Tikal se levanta en el actual
departamento guatemalteco de El Petén. Las ruinas fueron descubiertas
por Modesto Méndez en 1848, aunque Hernán Cortes llegó a pasar muy
cerca de allí en su viaje a Honduras, en 1525,
y también otros viajeros y campesinos pudieron haberlas visitado después de
que el reino presidido por esta poderosa ciudad se hundiera irremediablemente
hacia finales del siglo IX.
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Parque
Arqueológico Uaxactún |
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Campo de juego de pelota, Copán. |
Copán (en la actual Honduras) está
situado en el terreno inundable del río del mismo nombre. Era el más
meridional de los centros mayas del Clásico y, con una altitud de 600 metros,
el más alto. Copán alcanzó su máximo poderío en el siglo VIII, cuando contaba
con 20.000 habitantes. |
Parque Arqueológico de Quiriguá |
El lugar, Patrimonio Cultural de la Humanidad,
se ubica en Los Amates, Izabal, y resguarda los vestigios de la civilización
maya durante el período clásico, del año 250 al 900 después de Cristo. |
Yaxchilán |
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Piedras Negras |
Piedras Negras es el nombre moderno para la capital del más grande reino Maya del Usumacinta, localizada en la ribera norte de éste río y rodeada de varias ciudades, como La Joyanca, La Honradez, Pajaral, Zapote Bobal y La Pasadita, entre otras. Se encuentra en el oeste del Petén, Guatemala, En el Parque Nacional Sierra del Lacandón.
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Bonampak
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Templo de las Inscripciones (Palenque) |
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Comalcalco |
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Tikal, Uaxactún, Copán, Quirigua, Yaxchilán, Piedras Negras, Bonampak, Palenque, Comalcalco, etc., las manifestaciones escultóricas son estelas, dinteles y tableros, en Yucatán la escultura servía de complemento a la arquitectura y cubría los frisos de las fachadas.
Es evidente que la figura
humana fue, con mucho, el tema central de la escultura maya. No obstante,
abundaban también las representaciones de deidades antropomorfizadas (C.P.,
2009).
En
1976, se obtuvo de las excavaciones diversos objetos artesanales, como fragmentos
de vasijas, platos policromados, objetos de oro, plata, cobre y espejos de
pirita (Leal, 2015). Dentro de la excavación encontraron piezas de escultura
antropomorfa elaboradas en piedra.
Desde
hace muchos años, existen figuras zoomorfas (objetos con forma de animal) que
representan las primeras pruebas de antropomorfismo (formas o cualidades
humanas, especialmente divinidades o seres mitológicos). La escultura maya era
un medio del arte, que hablaba a través de las piedras (C.P., 2009).
A pesar
de que la simbología usada en las esculturas mayas suele ser muy compleja, cada
una manifiesta una narración. Es el caso de varias piezas que están en el museo
del sitio arqueológico Zaculeu y de la presente que se localiza en su sección
de ornamentación.
La
civilización maya dominó la escultura, y especialmente el relieve, tanto en
estuco, madera como piedra. Los relieves se ubicaron en el exterior e interior
de templos y palacios, en altares levantados en las plazas y aledaños de los
edificios. El tamaño de éstos varía en función a la ubicación, se pueden
encontrar tanto miniaturas como obras monumentales, destacando sobre todo las
realizadas en piedra.
Dentro
de la multiplicidad de variantes y temas encontrados en la escultura maya,
destacan aquellas que tienen un fin religioso y político (Martínez, 2017).
La
escultura encontrada en Zaculeu, reafirma lo significativo de los mensajes y
misterios de los mayas, donde la idea principal consiste en hacer la
representación de personajes importantes en la cultura, creencias e ideologías
con el mundo.
Las
medidas aproximadas de la escultura son: altura 45cm, ancho 20 cm
aproximadamente, y está elaborada con granito de piedra, fue encontrada en la
ciudad maya de Zaculeu, actualmente se encuentra exhibida en el museo del sitio
arqueológico Zaculeu.
Es importante recordar que, según las creencias de la civilización maya, su vida cotidiana estaba siempre impregnada por las creencias religiosas. Contaban con numerosos templos dedicados a sus dioses, estas divinidades estaban vinculadas a la naturaleza: el cielo, la muerte, el sol, el maíz, etc.
Al igual que las creencias cristianas y otras muchas, las creencias mayas partían del enfrentamiento entre el bien y el mal, con la diferencia de que tanto uno como el otro tenían carácter divino. Ambos poderes aparecían en continua oposición, pero siempre como antagonistas unidos.
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